La Fenomenología surge como respuesta al objetivismo
de la ciencia positiva. Se nos revela como un retorno a las preguntas esenciales
de la filosofía. Como una parte de la misma, analiza, reflexiona y estudia los
fenómenos lanzados a la conciencia, a saber, las esencias de las cosas. La Fenomenología no
pretende dar con los objetos, más bien con los actos intencionales
involucrados. Lo que vemos no es el objeto en sí mismo, sino cómo y cuándo es
dado en actos intencionados. La Fenomenología se revela como método en oposición
al cartesianismo, pues este ultimo considera lo “real” como todo aquello que
fuese primariamente dudado y luego pensado de manera “clara y distinta”, el
sistema de referencia fenomenológico toma
por real todo aquello que es pensado
de manera “clara y distinta”, pero puesto en perspectiva temporal. La condición
humana situada y fechada diría René Lourau. Husserl inicia su trabajo
sosteniendo que mundo occidental se encuentra en una profunda crisis cultural,
y para él, esta se debe a la propia adscripción al Positivismo. La Fenomenología emerge
como crítica o negatividad reflexiva dirigida hacia los propios cimientos de la
modernidad.
El sistema fenomenológico surge como reaccion al vacio metafísico que se constituye en una necesidad de cosificar el todo desde
una explicación universalista. En la
fenomenología, los “fenómenos” se diferencian de los “hechos”, poseen la
singularidad de ser “la cosa en sí”. El
hecho positivo o “cosa” es un efecto de una causalidad primaria que nunca de
nos devela, es una apariencia, una representación que es captada y analizada
fuera del contexto de la relaciones. Los fenómenos, al ser la cosa en sí, no
deberían ser extraídos de su contexto relacional, pues fuera de él, carecen de sentido.
Desde el punto de vista institucional, el enfoque
fenomenológico que las instituciones son espacios que generan sentido, pero que a diferencia
del enfoque positivista, la institución no posee un carácter externo (hecho
social) al sujeto, sino mas bien que “son” porque los mismo individuos les
otorgan sentido. Lo que significa una institución para la fenomenología, remite
a la intersubjetividad, apartándose de la concepción objetivista positivista,
que legitima una objetividad que se comporta como funcional a los sistemas de
control y de orden.
Si el sistema fenomenológico pretende dar cuenta de
relaciones, la institución vista como una cosa, destruye la propia
intersubjetividad en su discurso.
La verdad habría de derivarse de los hechos y solo de
los hechos, decía Saint Simon. El positivismo pretende una distancia en su
llamada objetividad. Basada en la matriz dualista cartesiana sujeto-objeto, el
investigador se sabe a si mismo alejado del fenómeno que observa. No hay
ninguna implicancia en el. El mundo aparece como algo externo, la sociedad como
algo “dado” y anterior al observador, como pura causalidad. El
Positivismo se liberó de sus conexiones con la filosofía de carácter negativo,
así como también con la economía política como raíz de la teoría social e hizo
de la sociedad objeto de una ciencia
independiente. La
Sociología positivista se convirtió en una ciencia mediante
la renuncia al punto de vista trascendente de la filosofía crítica. La sociedad
fue así considerada ahora como un complejo más o menos definido, regidos por
leyes que se pretendían generales.; una esfera que habría de ser tratada como
cualquier otro campo de investigación científica. Los conceptos que explican
este campo de estudio habrían de derivarse de los hechos que lo constituyen, en
tanto las implicaciones de largo alcance de los conceptos filosóficos quedarían
excluidas. El término positivo indicaba en cierta manera un lema, un grito de
batalla, a saber, la trasformación de una teoría filosófica en una teoría
científica. La sociología positiva crea su propio objeto de estudio, la
sociedad, la institución, evacuando la posibilidad de una idea de sujeto
contenida en ella.
Heredero directo de esta tradición, Émile Durkheim y su “hecho social” (que
aparece encarnado en las mismas instituciones), son sinónimo de regulación de
lo social. Queda alienado el objeto “real” y el objeto de conocimiento. La
sociología positiva pretende devolver el orden al mundo decimonónico que se ve
amenazado por el fantasma de la revolución y el caos social. Lo que el sistema
fenomenológico afirma es que las instituciones no son “cosas”, un objeto real y
que tampoco se debería considerarlas como objeto de conocimiento. El positivismo y su sociología crean un
imaginario, un relato apoyado en una supuesta causalidad sui generis, en palabras del mismo Durkheim, que esconde su
verdadera fundación, las relaciones sociales entre sujetos de sentido, que
crearon dichas formas. El positivismo esconde en su naturalización del mundo
social y en la formalidad de su metodología, un profundo sentido ideológico
conservador del status quo de época, escondida en un imaginario que opera como
recipiente de todas las voces y las subjetividades, un significante vacío,
diría Lacan. Lo que la fenomenología
esboza, es que el sociólogo esta implicado, en un estado afectivo situado y
fechado, que define “como” comprendemos cuando pretendemos “explicar”. “La mejor prueba de que los hechos sociales
no son cosas dice Monnerot- es que su sentido cambia radicalmente según el
punto de vista de los diversos grupos sociales cuyos antagonismos, en un
momento dado, componen un equilibrio o un desequilibrio social, es decir, un
estado de sociedad”[1]
. El sistema positivo, irrumpe con la íntersubjetividad de los actores, con
sus vivencias, con el tiempo que al ser o al ente, le toca vivir, al ser y sus
relaciones con otros. En palabras de Merleau – Ponty : “ Se trata de comprender
que la subjetividad y el objeto son un solo todo, que las vivencias subjetivas
cuentan en el mundo, forman parte de la mundaneidad
del espíritu, son asentadas en el registro que es el Ser, que el objeto no es
otra cosa que el mechón de su sombra………..” (VI, 239).
Interesante articulo aunque para mi un poco dificil de comprender , estoy en grado universitario y me esta sirviendo para mi clase de lineas de investigación , rescato el ideal de que una institución no es un objeto de estudio en si pero si tiene manera de interpretarse .
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