miércoles, 28 de septiembre de 2011

Historia de la opinión Pública, Jürgen Habermas (Teoría de la Acción Comunicativa)


Jürgen Habermas desarrolla una teoría de gran impacto sobre el origen de la llamada opinión pública. La concibe como un debate manifiesto en el cual se delibera sobre las críticas y propuestas de diferentes personas, grupos y clases sociales. Para el autor, luego de su desarrollo en el siglo XVIII, el llamado espacio público donde es posible la opinión pública y que está condicionado por la “razón” entra en decadencia, puesto que la publicidad de tipo critica o reflexiva cederá su espacio a una publicidad demostrativa y manipuladora al servicio de intereses privados. Habermas intenta aproximarse de forma crítica al concepto de opinión pública para recuperar la visión esencialmente democrática del mismo concepto, haciendo una distinción entre opinión pública y opinión pública critica. En este trabajo, el profesor Habermas hace un viaje histórico partiendo desde el mundo griego, donde la separación entre lo privado y lo público aparece firmemente delimitada, no solo en un nivel de conceptualización sino también en el ámbito de lo físico. La diferenciación entre Zoé (mundo de la necesidad, lo físico, de lo reproductivo, nuestra animalidad, nuestra biología, el ciclo de la vida) separada del mundo del Bios (mundo del pensamiento, del logos, lo que difiere del animal, de la política, de la cualidad, del honor, lo metafísico, las ideas, las virtudes, el lenguaje,  la creación humana; en general, la cultura.)

La inclusión en la  Polis griega requiere de estar escindido del mundo de la necesidad, pues esta representa lo privado y la separación de la misma, la libertad y el status de ciudadano. Aunque la economía y la política distan en la Hélade de lo que hoy entendemos por ellas, ya estas esferas aparecían separadas. El mundo de la necesidad permanece oculto en los límites del hogar (oikos), a saber, en su dominio ocurre la reproducción biológica, el trabajo esclavista, la mujer servicial, la vida y la muerte, “el reino de la necesidad y de la transitoriedad permanece anclado en las sombras de la esfera privada”[1] Confrontando este “mundo” aparece la publicidad como reino de la libertad y la trascendencia, el mundo de la virtud humana, el mundo que ofrece la Polis, donde “las virtudes se preservan tan sólo en la publicidad, allí encuentran su reconocimiento” [2]. Ya veremos que este modelo es portador de un patrón ideológico (patriarcado) que más tarde volverá a aparecer en la modernidad misma, es decir en el Estado Nación  Moderno.

Durante el Medioevo la separación  entre el mundo privado y el mundo de lo público aparece como “ensamblada”. Lo público es lo “común”, un espacio donde el mundo de la necesidad no aparece separado del mundo de la libertad. El mundo de la necesidad y el mundo de lo político están absolutamente mezclados. La Publicidad Representativa no es un ámbito social propiamente tal, es más bien un representación pública  de dominio. El señor feudal aparece “situado” en su nobleza, neutral frente a lo público y lo privado y representa su status públicamente. El soberano y sus instituciones son el país, (él es la ley) “ellos representan su dominio, en vez de para el pueblo, “ante” el pueblo”[3]. La publicidad representativa es signo de status social (Weber), una representación de poder, es un “algo que se pone frente a un público”, es la “aura del noble” un “don”; Este tipo de publicidad es el origen de la Publicidad Burguesa. Con el desarrollo del comercio  y el tráfico de mercancías aparece no solo la propiedad privada sino también el estado Nación Moderno (siglo XVI). Los derechos dispersos medievales son concentrados por este incipiente estado (nacionalización de la economía). Por una parte se desarrollan los propietarios privados y por otro lado un Estado que reúne las masas huérfanas del feudalismo y al mismo tiempo captura a los señores sin siervos. Aparece la idea de soberanía, de una interiorioridad-exteriorioridad (Hobbes, Durkheim). Este Estado se legitima a través del comercio (capitalismo temprano). Pero como Estado moderno (Estado esencialmente impositivo según Habermas, Estado de Policía) choca con los intereses de la incipiente burguesía, produciéndose así la confrontación entre el Estado y la Sociedad. Nuevamente aparece la separación entre lo público y lo privado, lo político y lo social. Con la reforma religiosa aparece un acceso a las letras y con el acceso de la plebe a las cortes aparece el acceso al arte y esto se trasforma en una condición sine qua non de una subjetividad emergente. La primera forma de publicidad burguesa es la Publicidad Literaria. Así como se trafican mercancías de trafican noticias (la prensa) y este instrumento no solo es utilizado por los propietarios privados sino también por el Estado, “un vivo sentido para el aprovechamiento del nuevo instrumento”, decía el cardenal Richelieu.

Max Weber escribía que la separación entre negocio y el hogar fue fundamental para el despegue del capitalismo y la subjetividad que nació en la intimidad del hogar (aquí sigo a Habermas), forma su propio público (sic). En la publicidad literaria aparece por vez primera la idea de “cultivar el alma”, aparece lo “intimo” en el género epistolar (cartas) y esto articula una nueva dimensión espacial de lo subjetivo, es decir a distancia, ergo, lo intersubjetivo. De esta manera surgen conceptos como el Humanismo, autonomía, voluntad, amor, belleza, etc. Pero como antes mencioné, en la aparición del Estado Nación y su modelo impositivo, y al hacer este, intervenciones en el mercado, aparece la Publicidad Política, en un sentido dialectico, es decir, un público acerca de lo público. “La publicidad política resulta de la publicidad literaria; media a través de la opinión pública, entre el Estado y las necesidades de la sociedad”, escribe Habermas[4]. La subjetividad moderna se constituye en opinión pública, un público raciocinante y este como ideal de la Ilustración (Die aufklärung) se hace a sí misma en su uso (aparece la función del lenguaje). La opinión separa los vínculos económicos de los discursivos (mundo de la necesidad y mundo del logos, según el modelo griego) Ese espacio constituye el lugar de emancipación psicológica y que coincide con la emancipación político -económica. Este es el carácter dialectico del hombre privado burgués; propietario de bienes y personas y hombre raciocinante y político, hombre entre hombres; un desdoblamiento entre egoísmo y altruismo (sic). Por último tenemos el modelo de la Publicity, instancia donde Habermas denuncia que ya no existe una opinión, el uso de la razón queda evacuado, se vuelve a ensamblar lo público y lo privado, desapareciendo así el carácter crítico, político y reflexivo de la propia razón; una re feudalización. La farandulización de la política.
<!--[if !supportFootnotes]-->

<!--[endif]-->
[1] Habermas, Jürgen, “Historia y critica de la opinión pública” (1962), pág. 43
[2] Ibíd., pág. 44
[3] Ibíd., pág. 46
[4] Ibíd., pág. 68

3 comentarios:

  1. En el discurso del delegado zero en la selva de la candona en el marco del encuentro de medios de comunicación indeoendientes en Enero del 2006 se toca de manera muy particular el tema de como se crea opinión pública aludiendo a que los medios de comunicación de masas nos intoxican a diario con la creación de necesidades inexistentes que se ajusten al estilo de vida de los famosos de la farádula,el poder , o el mundo de los negocios. Mientras que los más desposeídos o los ciudadanos de a pie aparecen en los medios sólo en dos oportunidades : Cuando mueren ó cuando matan.

    Felicitaciones un abrazo

    Luis Eduardo Muñoz Ortiz (Dardo)
    http://pensadorpartime.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Gracias viejo amigo por tu comentario...un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Fe de Erratas indeoendientes fue un error de teclado se refiere a independientes

    ResponderEliminar