martes, 25 de marzo de 2014

EL TRABAJO ALIENADO (TEORÍA CRITICA)

Marx en el primer capitulo de el capital nos señala que en el modo de producción capitalista, el hombre aparece no como un sujeto transformador de la realidad a través del trabajo, sino rebajado a la categoría de mercancía.  El trabajo como valor de cambio, impide que el trabajador se identifique con el producto creado por él. El mismo trabajador, al convertirse en asalariado vendiendo su propio tiempo, queda reducido a objeto de mercancía o valor de cambio, a puro medio en manos del capitalista, sufriendo así un tipo de alienación.  Por una parte el hombre se separa de su proyección (que es el producto de su trabajo, deja de pertenecerle), pues el objeto que produce, se vuelve extraño a él, como un “poder independiente de quien lo produce”[1].El trabajo aparece como algo externo a el, no se identifica con el, no es feliz, no que encuentra su propia miseria en él y no su realización como ser genérico, como ser universal. “Cuanto mas produce el obrero, nos dice, menos para consumir tiene, cuanto mas valores crea, mas se desprecia y ve como disminuye su dignidad; cuanto mas se conforma su producto, mas deforme es el obrero; cuanto mas poderosos es el trabajo, mas privado es espíritu es el obrero, ya convertido en esclavo de la naturaleza”. [2] El hombre ya no aparece como un sujeto transformador de la realidad a través del trabajo (gracias al cual se desarrolla) y se proyecta en su creación a través de los productos, en los que pone su propio ser y donde la materia quedaría humanizada. Marx  acusa varias formas en las que la alineación es identificable, siendo las que describiré a continuación, algunas de las más características. Por una parte suerte la relación del hombre con el producto de su trabajo, donde el ya no se siente identificado con él, algo ajeno que lo aventaja, que lo domina, sintiendo hostilidad hacia el objeto, y este trabajo es su relación con el mundo exterior sensible, con la naturaleza, mundo que se opone a él de manera extraña y también hostil. Tenemos también la relación del obrero con su propia actividad como actividad extraña, alienada, pues tampoco le pertenece, y donde su actividad vital”, aparece como pura actividad, como puro medio. El hombre vive de la naturaleza inorgánica como medio de sustento que modifica por su propia voluntad, como pura extensión de el mismo, pero la contradicción aparece cuando el autor da cuenta de que mientras el obrero mas produce, menos medios de subsistencia recibe, dejando así (la naturaleza) de pertenecer como objeto a su trabajo y a la vez, dejando de ser medio se subsistencia en sentido inmediato. El hombre es un ser genérico nos dice Marx, vive de la naturaleza y se conoce a si mismo, se define a si mismo en su relación con lo exterior, en su practica y en su teoría se define como universal con respeto a todo lo demás, se comporta como “genero viviente”; Pero como el trabajo alienado torna al hombre extraño a la naturaleza y a si mismo (su actividad vital activa) también lo vuelve extraño a su propio genero, a sus ser genérico y universal, primero como alienación de la vida genérica e individual, y la segunda ya hecha abstracción , el fin de la primera, la vida genérica. Pero en vista de que el hombre se ha vuelto extraño  a su ser genérico, esto también significa que el hombre se ha vuelto extraño a un otro, y que cada uno de lo hombres se ha vuelto extraño a la esencia humana. +. Y si el producto se su trabajo ya no le pertenece, ello solo es posible por que le pertenece a otro que no es el obrero. Su tormento, dice Marx, es el goce de otro y su alegría, arrebatada, es la de otro. Esta es la alineación del hombre respecto del hombre , que en tanto el obrero siente el producto de su trabajo como es algo ajeno, hostil y extraño (objetivado), esto quiere decir al mismo tiempo que está también en una relación con otro hombre extraño, hostil, poderoso e independiente de él, es el dueño de ese objeto, de su trabajo objetivado.  De esta manera el trabajo alienado no solo engendra su relación con el objeto de su trabajo y una relación con el acto mismo de él, también engendra una relación respecto de él con otros hombres, un hombre al margen de él. Por medio del trabajo alienado, el obrero entra en una relación con respeto al trabajo como en la relación del mismo con respecto al capitalista o como se le llame, con respecto a su persona. Así el profesor Marx, extrae el concepto de trabajo alienado de la Economía Política como resultante del movimiento de la propiedad privada y si este se nos presenta como premisa, no sería más que un efecto de la misma alineación del trabajo, “del mismo modo como los dioses no son, en el origen, la causa, sino el efecto de la aberración del entendimiento humano”.[3]
CLAUDIO PEREIRA




[1] Marx, Karl (1864-1877), “El Capital”, tomo I,  Pág. 101 
[2] Marx, Karl (1864-1877), “El Capital”, tomo I, Pág. 103
[3] Marx; Karl (1864-1877), “El Capital”, tomo I, Pág. 111

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